Ilustración de ANAYA
[Atención: antes de
llegar a las 10 razones van a tener que leerse la explicación previa...]
Últimamente estoy obsesionada con traducir. Ante la negativa
de todos aquellos que me rodean de ponerse a estudiar inglés para poder leer
todo lo que yo creo que deberían leer y que solo existe en inglés, la única
alternativa posible es que yo me ponga a traducirlo al castellano. Sobre todo
si realmente quiero que lo lean (nadie me garantiza que lo hagan, pero hay
muchas más probabilidades si se lo encuentran en un idioma que conocen...).
Primero fue la avalancha de materiales publicados en
Internet relacionados con Maurice Sendak, que falleció el pasado mes de mayo.
Mi Google Reader se llenó de entrevistas y artículos superinteresantes ante los
que pensaba "no puede ser que, de mi círculo de frikis de la literatura
infantil, yo sea la única - o casi - que estoy leyendo esto". Así que me
puse manos a la obra. El problema es, claro, el tiempo. Y a pesar de que empecé
hace aproximadamente un mes, y que en ese plazo de tiempo he tenido incluso una
semana de vacaciones, todavía no llevo ni la mitad del material traducido.
Y el otro problema es que soy de distracción fácil, y
mientras el "Dossier Maurice Sendak.doc" espera en mi escritorio, voy
encontrándome con MÁS material que me gustaría traducir, MÁS lecturas
indispensables... El pasado fin de semana, por ejemplo (y ya me voy acercando
al tema en cuestión), en lugar de adelantar algo del dossier, me puse a traducir
un artículo que encontré en un blog canadiense titulado Her nose in a book. Su
autora, Emma, es una chica de 22 años apasionada de los libros, TODA CLASE de
libros, muchos de los cuales los reseña en su blog. Hasta aquí, nada
especialmente original, hasta que me llegó vía Pretty Books un enlace a una
entrada titulada "10 reasons why I still read children's books", o
sea: "10 razones por las que todavía leo libros infantiles". Ah, ese
"todavía" me llegó al alma. ¿Cómo resistirse? Clické el enlace y lo que
siguió fue una emoción muy grande. Emma, sin saberlo quizá, había puesto por
escrito mis 10 mandamientos de la lectura de literatura infantil y juvenil. 10
claves que, si no les hacen levantarse de la silla y salir corriendo en busca
de un libro infantil-juvenil, es que por las venas les corre horchata.
Le hago difusión. Lo publico aquí y en Twitter. Lo envío a
mis contactos de gmail. Lo recomiendo encarecidamente en mi muro de Facebook
(si lo tuviera...). Lo envío a la lista de distribución de bibliotecas
infantiles. No, espera... "Alas... it's written in English!" Pero...
¡es imprescindible que lo lean! ¡TODO EL MUNDO DEBERÍA LEERLO! Los que ya
estamos convencidos de que los tópicos que rodean a la literatura infantil son
nada más que eso, tópicos, deberían leerlo porque a pesar de que ya estemos
convencidos nos gusta encontrarnos con las expresiones de terceros en el mismo
sentido. Y si por casualidad llego a alguien que TODAVÍA cree que los libros
infantiles son solo para niños, y gracias a la lectura de este artículo se abre
un resquicio de esperanza en su dura mollera... entonces... ¿no habrá valido la
pena?
En fin.
Que estoy obsesionada
con traducir.
Y no paro de
encontrarme cosas para traducir.
Y no tengo tiempo
para traducir todo lo que me gustaría (uno de mis sueños post-USA era traducir
un libro que leí para una clase de sociología, Ariadne's Thread de Mary Clark,
un libro de 600 páginas sobre los problemas del mundo y la búsqueda de soluciones;
llegué a comprarme Dammed to fame: the life of Samuel Beckett porque mi hermana
me dijo que algún día yo lo traduciría para ella, y pensé que podía tener
razón, a pesar de las 800 páginas).
Pero sí esto.
Esto no son 600
páginas.
Para esto no hay excusa.
El resto puede
esperar...
Sin más preámbulos:
10 razones por las que todavía leo literatura infantil.
(by Emma - traduce y
suscribe, punto por punto, Sfer)
1.- No quiero olvidar cómo era ser niña.
Cuando era niña me preocupaba convertirme en uno de esos
adultos que han olvidado completamente cómo era ser niño (como la señorita
Trunchbull de Roald Dahl en Matilda). Afortunadamente, eso todavía no ha
sucedido. Leer libros infantiles automáticamente me ayuda a recordar, incluso
de manera más viva de lo que es habitual, cómo era tener siete años. No quiero
ser uno de esos adultos que describe el Principito, o convertirme en un villano
digno de un libro de Roald Dahl. Aunque no leer libros infantiles no quiera
decir que de repente vayas a ser incapaz de relacionarte con niños o que vayas
a convertirte en la peor pesadilla de los niños, creo que leer literatura
infantil ayuda a asegurarte que nunca olvidarás. Es agradable poder leer un
libro y encontrarte con que todavía conserva esa parte de lo que fuiste y de lo
que sentiste al ser niño.
2.-Puedo aprender mucho de libros como El Principito, Peter
Pan, y Alicia en el País de las Maravillas.
Y de tantos otros libros para niños. Muchos libros
infantiles están repletos de sabiduría. El primero que se me ocurre es El
Principito. En 91 páginas este libro puede enseñarte sobre el amor, las cosas
importantes de la vida, y aquello que nunca deberías olvidar, sin importar la
edad que tengas. Cuando escribió Peter Pan, J. M. Barrie encontró inspiración
para esta historia de un chico que nunca crecerá en la muerte de su hermano
mayor David, que murió antes de cumplir catorce años. Alicia en el País de las
Maravillas, de Lewis Carroll, es sobre el solitario viaje hacia la madurez, la
pérdida de la infancia y como es imposible volver. Mientras la hermana de
Alicia sueña con el País de las Maravillas después de escuchar a Alicia hablar
sobre él, ella no puede ir allí, e incluso en su sueño sabe que no es real. El
catalejo lacado de Philip Pullman ofrece una perspectiva diferente sobre el
pecado original en el jardín de Edén y lo equipara a la consciencia, no al
pecado. Harry Potter no es solo sobre la lucha entre el bien y el mar,
encarnados en Harry y Voldemort, sino también sobre la lucha interna que todos
llevamos dentro.
3.- No me importa que me juzguen.
Si alguien en un avión me ve leyendo Las Hermanas Penderwick
o La invención de Hugo Cabret y asume que o soy vaga o no demasiado lista, pues
vale. Afortunadamente para mí, tengo la suficiente confianza en mi inteligencia
para que me vean leyendo un libro que fue escrito para chicos de 10 años.
Cuando era más joven no me sentía así, pero doy las gracias por haber madurado
lo suficiente como para que ya no me importe. C. S. Lewis sabiamente dijo
“Cuando me convertí en un hombre dejé de lado las cosas infantiles, como el
miedo a ser infantil y el deseo de ser terriblemente mayor.”
4.- Puede ser simplemente divertido.
Leo por muchas razones diferentes: para descubrir cosas que
no sabía, para ver el mundo a través de los ojos de otra persona, para
encontrar aventuras, para aprender sobre el pasado o lo que habría podido ser,
para escapar, para enamorarme o para ir a lugares que puede que nunca vea en la
realidad. Pero a veces solo quiero leer un libro que sea tremendamente
divertido. A pesar de que es cierto que no todos los libros infantiles son puro
entretenimiento, algunos de ellos son muy divertidos de leer y a veces son
justo lo que necesito. Roald Dahl es un gran autor al que acudir cuando quieres
leer un libro divertido que te recuerde lo que significa tener 10 años, y de
vez en cuando eso es justo lo que estoy buscando.
5.- Intento no subestimar a los niños o los libros que leen.
Aunque es verdad que de niña me gustaban algunos libros de
los que hoy me avergüenzo, también me gustaban muchas cosas que estoy segura
que los adultos pensaban que no entendería (como el humor negro y las
referencias literarias de Una serie de catastróficas desdichas). Estoy segura
de que habrá gente que oirá a un niño hablar bien de un libro y actuarán de
manera paternalista, asumiendo que ese libro es demasiado tonto para cualquiera
con más de doce años. Puedes incluso encontrar esta actitud en algunos libros
infantiles, que son condescendientes con sus lectores (otra de las cosas que no
puedo soportar). Creer que todos los libros infantiles son tontos es creer que
todos los niños lo son y que malgastan su tiempo en literatura que no vale la
pena. Algunos libros infantiles son populares por una razón: son buenos.
6.- Solo porque un libro esté escrito para una audiencia
infantil no quiere decir que no trate temas importantes.
Esto me hace pensar en una cita de Madeleine L’Engle, autora
de Una Arruga en el Tiempo: “Tienes que escribir el libro que quiere ser
escrito. Y si el libro es demasiado difícil para los adultos, entonces lo
escribes para los niños.” Los libros del Dr. Seuss podrían ser descartados como
simples y estrambóticas rimas para niños, pero en realidad son mucho más que
eso. Solo porque la manera en que están escritos no suponga un reto no quiere
decir que no propongan retos a nuestra inteligencia. Recuerda que estos libros
fueron escritos por adultos.
7.- Intento mantener la mente abierta sobre lo que leo.
Si alguien me recomienda un libro que les ha encantado, voy
a leerlo aunque sea para niños, adolescentes o adultos. Si fuera menos abierta
sobre la lectura, me hubiera perdido un montón de libros increíbles.
[Nota mental: volver sobre este punto otro día para
contarles una anécdota reciente relacionada con no uno, sino dos prejuicios, y
la fantástica serie ¡Yotsuba!]
8.- Sé que los escritores de literatura infantil y juvenil
pueden tener tanto talento como los escritores para adultos.
Algunas personas parecen pensar que la literatura infantil y
juvenil no tiene ningún mérito literario, o incluso que los escritores de
libros infantiles lo son porque no pueden o no saben escribir para adultos.
Algo así como “los que no saben enseñar son profesores de gimnasia”, pero en su
lugar “los que no saben escribir, escriben para niños”. Esto es, por supuesto,
totalmente falso. Algunos escritores de gran talento para niños incluyen a Neil
Gaiman, Philip Pullman, L. M. Montgomery, Lois Lowry, E. L. Konigsburg,
Madeleine L’Engle, Lewis Carroll, C. S. Lewis, J. K. Rowling y Frances Hodgson
Burnett. De hecho, algunos de ellos también escriben para adultos.
9.- A veces me gusta escapar del mundo de los adultos.
Seamos honestos: a veces es agradable olvidarse de los
problemas de los adultos y leer libros de aventuras desde la visión sorprendida
del niño protagonista.
10.- Porque un buen libro es un buen libro.
¿Qué importa en qué sección de la biblioteca se encuentre?
Te encontrarás con libros que están a medio camino de la sección juvenil y la
sección de adultos, y da igual donde te encuentres con La ladrona de libros,
porque a pesar de ello será increíble.
***
Y ahora... ¿valió o no valió la pena?