Por Amy Gahran, especial para CNN
Amy Gahran escribe sobre tecnología móvil en CNN.com. Es una escritora del área de la bahía en San Francisco, Estados Unidos, y una consultora de medios cuyo blog, Contentious.com, explora cómo se comunican las personas en la era en línea.
Los e-books (libros electrónicos) se están volviendo más populares. También parecen promover el hábito de lectura entre los adultos estadounidenses.
Al menos eso dice la nueva investigación del Pew Internet and American Life Project, que señala que aproximadamente una quinta parte de los adultos estadounidenses han leído un e-book en el último año.
Y si se incluye a las personas mayores de 16 años que han usado un dispositivo de libros electrónicos (e-reader) o una aplicación para leer artículos noticiosos o de revista, la cifra se eleva al 43%.
Los usuarios de e-books tienden a leer más seguido que otras personas que leen solo materiales impresos, encontró el proyecto. En particular, leen más libros.
Un usuario típico de libros electrónicos leyó 24 obras el año pasado, comparado con las 15 reportadas por quienes no utilizan e-readers.
También, un tercio de quienes leen contenido electrónico dicen que ahora pasan más tiempo leyendo que antes los e-books. Esto es especialmente cierto para las personas que tienen tabletas o lectores electrónicos.
Esto puede ser algo bueno para la economía. De acuerdo con Pew, los usuarios de e-books son "más propensos que otros de comprar un libro más reciente, en lugar de pedirlo prestado, y son más propensos que otros a decir que prefieren comprar libros en general".
Los lectores electrónicos y las tabletas (incluidas la Kindle Fire, de Amazon, una tableta modificada con Android) fueron un regalo popular el año pasado. Actualmente, el 28% de los estadounidenses de 18 años o más tiene al menos una tableta o lector electrónico. Y eso sin contar a quienes leen libros en su smartphone o con una aplicación de iPod Touch.
Pew también encontró que los usuarios de e-books a menudo empiezan a buscar libros en línea, una no tan buena noticia para los dueños de las librerías.
Sin embargo, el material impreso todavía lidera el mercado. En el 2011, cerca de tres cuartos de los adultos estadounidenses leyeron un libro impreso, mientras que el 11% escuchó un audiolibro.
En especial, los libros impresos son populares al leer a los niños.
También son una opción popular cuando la gente quiere pedir prestado o prestar un libro, lo que no sorprende.
Recientemente, el autor Dave Taylor explicó paso a paso cómo pedir prestado un libro en Kindle de una biblioteca pública. Aunque no es tan difícil, aún es más complicado que entrar a una biblioteca y tomar una edición del estante.
De acuerdo con la encuesta, existe una ligera preferencia por los e-books para leer en la cama.
Por otro lado, cerca del 20% de los adultos estadounidenses señaló que no leyó un solo libro el año pasado. En general, las personas que no tienen dispositivos electrónicos de lectura son más propensas a no leer.
Además, casi del 20% de los estadounidenses de 16 años o más dijeron que tenían "condiciones físicas o de salud que hacían la lectura difícil o desafiante". La mayoría de estas personas son mayores (el 25% tiene más de 50 años), desempleadas o con bajos salarios.
Pero un aspecto interesante de la tecnología de e-books y audiolibros es su potencial para mejorar el acceso a contenido escrito.
La mayoría de los dispositivos de lectura electrónicos permite al lector ajustar la fuente, su tamaño, contraste, ancho de las columnas y otros factores para compensar los problemas de visión. Además, a menudo incluyen tecnología de voz para escuchar capítulos o artículos en voz alta; quizá no sea emocionante, pero es una opción útil.
El costo de los dispositivos de lectura electrónicos sigue cayendo y es probable que en los próximos años empresas como Amazon regalen lectores electrónicos básicos (sobre el principio de que puedes hacer más dinero vendiendo "hojas de afeitar" que "rastrillos").
Conforme el precio de los lectores electrónicos se aproxima a cero, surgen más oportunidades para las personas que han sido relegadas para acceder a la misma riqueza de información, entretenimiento y educación que las personas con vista normal e ingresos promedio.
Desde la invención de la escritura, la palabra escrita siempre ha roto el balance de poder en las sociedades. Mientras que los e-books pueden haber comenzado una novedad de alta tecnología para los primeros usuarios, pueden llegar a ser un gran ecualizador entre las fronteras de la habilidad, recursos y educación.
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