Por Dragana Jovanovic
Ciudad de Vrnjacka Banja, Serbia 13 de febrero 2013
(traducido por Jorge Contreras)
En los últimos años, candados unidos a los pasamanos del
puente se han convertido en símbolos de parejas que buscan preservar su amor y otros
candados han estado apareciendo en los puentes de Florencia a Montevideo, desde
París hasta Moscú, desde Dinamarca a China.
Hace una década, sin embargo, los candados eran confinados a
un solo puente peatonal en la ciudad balneario de serbia de Vrnjacka Banja.
En la leyenda que rodea al puente y la tradición del
candado, una maestra de escuela llamada Nada encontraría a su amado, un oficial
del ejército llamado Relja, en el puente en donde ellos se prometieron amor en
los días previos a la Primera Guerra Mundial El soldado fue a luchar contra los
alemanes en el frente de Salónica en Grecia, donde encontró un nuevo amor y se
casó. Nada se dice que murió de tristeza y dolor.
La historia del dolor de Nada inspiró a parejas jóvenes a
decidir no abandonarse los unos a los otros y empezar escribiendo sus nombres
en candados y encadenarlos a la valla del puente donde Relja y Nada juraron su
devoción. Desde ese entonces, parejas de serbios sellan sus promesas lanzando
las llaves en las aguas del primaveral río Vrnjacka.
La costumbre se mantuvo como un fenómeno local hasta que Desanka
Maksimovic, un notable poeta serbio que muriera en 1993, escuchó la historia de
amor del puente y escribiera uno de sus poemas más bellos titulado "una
oración para el amor." Poema que se considera ha avivado el romance del
puente.
En Vrnjacka Banja "El puente del amor" es fácil de
detectar. A diferencia de los otros 14 puentes en el balneario de esta ciudad,
sus pasamanos de orilla a orilla, se encuentran cubiertos por múltiples cadenas
y candados. Todas las formas, tamaños, latón, acero, colores negro y rojo. Cada uno con su
propio mensaje o la fecha, algunos escritos con marcador permanente, otros
cuidadosamente grabados en relieve. En fin, miles de ellos.
"Es tan romántico", dijo Slavisa, un soldado de 28
años de edad, cuando aseguraba un candado en el puente que significaba sus dos
años de amor por Danijela, su esposa de 26. "Es hermoso. Es
original".
La fama del puente creció, y atrajo parejas amantes de toda
la región y a la que se unieron turistas internacionales. Las barandas del
viejo puente están cubiertas de mensajes de enamorados y grafitis que asemejan una gruesa funda de cadenas
y candados.
Si bien los funcionarios en París, Roma y otros lugares
cortan las cerraduras en los puentes, los funcionarios municipales en Vrnjacka
Banja no han querido interferir con la tradición ni con el amor. Y ellos no
temen que el puente colapse bajo el peso del amor eterno de los visitantes y del
metal. Nadie se atreve a quitar los candados viejos para que no atraer la mala
suerte.
"Tenemos 14 puentes de recambio en dos ríos diferentes.
Hay espacio suficiente para todos los candados", dice el Dr. Dejan
Stanojevic, el jefe de un centro de rehabilitación en salud de la ciudad.
"Tenemos tantas llaves arrojadas al río que pronto podríamos tener una
represa y terminar en una central hidroeléctrica del amor. Todos sabemos que el
amor es una fuente renovable de energía", asegura con una sonrisa Stanojevic
.
Vrnjacka Banja saltó a la fama en el siglo 20 como una
ciudad balneario con manantiales de aguas minerales y baños, que atrajo a
pacientes que buscaban cura, figuras políticas y destacados artistas.
Hoy día Vrnjacka Banja ya no tienta tanto a los prominentes
o ricos. Sin embargo el "Puente del Amor" sigue siendo una atracción,
dice Vesna, un vendedor ambulante que vende candados y las llaves por unos 500 dinares cada uno ($ 6.25) por un candado grande o 100
dinares ($ 1.20) por los más pequeños.
"Los compradores aseguran que el sonido de las
cerraduras al cerrarse en el
puente es el sonido del compromiso", dice Vesna.
Las parejas toman fotos con sus teléfonos celulares en el
puente. En este día, Dusan y Branka marcaron su amor con un candado, al igual
que Rocky y Ceca e Isamu y Minoko de Japón.
Katja y Zoran de Eslovenia están celebrando su décimo aniversario
de boda y el establecimiento de una nueva tradición familiar.
"Estamos haciendo algo diferente, algo que va a mostrar
a nuestros descendientes que también nosotros estábamos enamorados",
explica Zoran. "Tiramos todas las llaves al río excepto una, la llave que
va a continuar con nosotros y junto a la foto del Puente del amor y sus
coordenadas GPS".
"Vamos a pasar los archivos completos con la fecha a nuestros
hijos y, elloslo harán a nuestros
nietos", dijo Katja. "Sólo podemos imaginar cómo en 50, 60, 70 años,
nuestros nietos o bisnietos vendrán aquí a buscar los candados de bronce con
los nombres de sus antepasados grabados. Oh, es tan romántico".
Quizás la historia de amor del puente y su tradición,
rescate parte de ese romanticismo de la raza humana, que en los últimos tiempos
ha estado siendo apartado por la superficialidad irreverente de las cosas
mundanas, quizás esta historia nos devuelva felicidad en los muchos puentes de
nuestro país y retomemos este
importante aspecto de la vida humana hoy un tanto dejado de lado.
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