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martes, 16 de julio de 2013

Disciplina: La técnica de la “Conclusión Positiva”

A veces los padres piensan que una vez que han dado respuesta a la mala conducta de su hijo su trabajo ha terminado. Que ellos ya han cumplido su deber y su responsabilidad. 

Desafortunadamente, esto no es así, puede haber aún tensión resultante en la relación entre padres e hijos, los niños se sienten culpables, a la defensiva, o incluso pueden hasta tener sentimientos de venganza.

 Adicionalmente, el verdadero arrepentimiento no ha tenido lugar. Esto deja espacio para la ira o incluso la amargura. 

La disciplina no estará completa hasta que se restablezca la relación entre el padre y el niño. El niño tiene que entender lo que estaba mal, pero también debe sentir amor incondicional y aceptación por parte de sus padres.



El secreto de una disciplina constructiva se obtiene con la tecnica de la “Conclusión Positiva”. La Conclusión Positiva es en sí, una discusión que tienen los padres con sus hijos después de un castigo dado y después de que el niño se ha restablecido. Se utiliza la “Conclusión Positiva” cada vez que se necesita corregir o reorientar a los hijos. Hablar sobre el problema, lo que salió mal, y luego hablar de lo que podría ocurrir de manera diferente y correcta la próxima vez.

Durante las primeras etapas de desarrollo (entre los dos y ocho años de edad), la Conclusión Positiva puede consistir en “tres preguntas y una declaración”, dando a los niños un modelo útil para reflexionar cada vez que algo sale mal y son disciplinados. 

A pesar de que los niños de dos y tres años de edad no serán capaces de responder de manera adecuada, es útil comenzar este patrón cuando están jóvenes. Puede que tenga que hacer pasar a niños en edad preescolar a través del proceso a fin de que ellos se beneficien de este. En niños de cuatro a ocho años de edad, aprenderán rápidamente a esperar las preguntas y la declaración y serán capaces de aprender de la experiencia. A medida que los niños crecen, es posible que dejen de lado la estructura y observen los principios subyacentes en el proceso.

A cualquier edad, es útil pasar algún tiempo discutiendo el problema con el fin de terminar el periodo de disciplina con un final positivo. La Conclusión Positiva no es un interrogatorio. Es una actividad important entre los padres y los niños para expresar amor, perdón y aceptación durante este debate. Una mirada más de cerca a estas tres preguntas y a la declaración le mostrarán el beneficio que cada una ofrece y hace de la disciplina una experiencia de aprendizaje constructivo.

La primera pregunta es, ¿Qué hiciste mal? 

Haga la pregunta de una manera suave, sin acusar. Esto permite al niño admitir su pecado personal. Es importante que el niño asuma la responsabilidad de su parte en el problema y demuestre pena por ella. Si hay otras personas involucradas, ya que a menudo suele ser así, un niño no debe excusarse de un delito culpando a alguien más. Los pecados de otros tampoco no justifican las acciones equivocadas de uno mismo. 
Recuerde que es probablemente raro que dos niños se acerquen a uno, y discutan y peleen delante de un mayor, culpándose el uno al otro por el problema. ¿Me golpeó? ¿Me agarró del libro? Casi siempre, ambos niños están mal y podrían haber respondido de manera diferente. Se necesitan dos hijos egoístas para tener una pelea.

Un error común que los padres suelen hacer es enfrascarse en un diálogo sobre toda la situación: ¿Quién más estaba equivocado, y si era justo o no, o por qué suceden estas cosas. Estas discusiones pueden ser útiles, pero usted obtendra mucho más resultado si empieza por preguntar ¿qué hiciste mal?, así  permite que el niño asuma la responsabilidad de su propia parte del problema.

A veces los niños dicen que no saben lo que hicieron mal. Si realmente no lo saben, estará bien pedirles explicaciones. Si, por el contrario, están tratando de evitar la responsabilidad, entonces será útil darles tiempo a solas hasta que estén listos y tengan con claridad su parte del problema.

La segunda pregunta es, ¿Por qué estaba mal lo que hiciste? 

Esta pregunta se debe utilizar para abordar directamente los problemas del corazón, de sus emociones. Señale las cualidades de carácter como el orgullo, el egoísmo, la ira o la falta de respeto. Ayude al niño a aprender que el comportamiento es sólo un síntoma y proviene de algo más profundo. Los padres y los niños ven el comportamiento, pero las personas sabias y Dios miran el corazón. Ejemplo: “Si Sally cogió el libro, Karen todavía tiene que aprender a responder con amabilidad y auto-control.”
La mayoría de los niños, en un principio, tienen dificultades para comprender por qué sus acciones son incorrectas. La técnica de la “Conclusión Positiva” les da la oportunidad a los padres de enseñar con suavidad, sin predica. Ayuda a su hijo a ver, reconocer,  que una actitud particular puede ser descortés o irrespetuosa. Recuerde que la disciplina requiere de la enseñanza.
 Con niños pequeños se pueden dar tres reglas: obedecer, ser amable, y mostrar respeto. Cuando se le pregunta ¿Por qué estaba mal lo que hiciste? el niño tiene tres opciones, ¡yo no estaba obedeciendo! o ¡No fui amable con esa persona! o ¡No fui respetuoso! 
La pregunta ¿Por qué? y sus respuestas proporcionan oportunidades a los padres para enseñar a los niños acerca de las consecuencias de las malas decisiones. El libro de Proverbios enseña que los padres son una fuente de conocimiento y discernimiento. Ingenuidad e inmadurez nos llevan a hacer cosas tontas. Las acciones son tontas cuando no se considera que los resultados serán negativos. Los padres pueden usar sesiones de disciplina para enseñarles a los niños a anticipar las consecuencias de sus acciones.
Una vez que un niño se da cuenta de por qué el comportamiento es incorrecto, la tercera pregunta ayuda a clarificar lo que debe hacerse en su lugar. 

¿Qué vas a hacer la próxima vez?  

 Esta pregunta se centra en una mejor manera de responder. El padre sabio utiliza esta pregunta para continuar la enseñanza. Al comunicar la respuesta correcta verbalmente, su hijo empezará a ver la diferencia y aprenderá a cambiar. A menudo, esto requiere tiempo y disciplina, sesiones repetidas, pero está bien. Los niños aprenden a través de la repetición.

Finalmente, terminen siempre con una declaración, si una afirmación. 

La declaración es útil,

Bien, sigue adelante y vuelve a intentarlo. Yo creo en ti. Sí, vas a cometer errores habrán consecuencias, pero podemos discutirlas y aprender juntos. Denle a los niños el estímulo para intentarlo de nuevo. Todo el mundo comete errores, y la mejor respuesta es parar, pensar en ello y, a continuación, intentarlo de nuevo.

La “Conclusión Positiva” es importante cada vez que se aplica la disciplina. Es el secreto para hacer de la disciplina una experiencia constructiva. La “Conclusión Positiva” es una parte esencial del proceso de disciplina. El paso por las tres preguntas y la declaración proporciona un marco que permite a los niños admitir que estaban equivocados y determinar qué hacer bien la próxima vez. La “Conclusión Positiva” da una oportunidad para que usted comunique su confianza y fe en sus hijos mientras les dice que vayan y vuelvan a intentarlo.

Después de la Conclusión Positiva, el niño puede necesitar completar la restitución o la reconciliación con el fin de quedar con la conciencia tranquila. El conflicto no resuelto obstaculiza la conciencia tranquila. Un niño debe tener la oportunidad de decir,” Estaba equivocado, por favor, perdóname,” y luego sentirse perdonado. El niño puede tener que recoger los libros que fueron lanzados en la ira o consolar a un hermano que fue ofendido y luego sentir la relación restaurada. 


El restablecimiento de la tranquilidad, del lazo de amor de los padres, finaliza el proceso de disciplina con una nota positiva que influenciara enormemente en las relaciones con su hijo y en la autoestima de él. 

Al comenzar a enseñarles a sus hijos cómo responder a sus propias debilidades y defectos de una manera constructiva, se les está dando un regalo que durará toda la vida.

Esperamos que estás ideas les sean de utilidad 


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