“¡Todo es tan aburrido!” (Winston
Churchill).
“Ahora, estoy en la fuente de la
felicidad” (Frédéric Chopin).
“Soy inmortal” (Bela Lugosi).
“Luz, más luz” (Johann Goethe).
“Mañana, ya no estaré aquí”
(Nostradamus).
Por Ruth Vásquez
Estas son las últimas
palabras dichas antes de morir que se atribuyen a conocidos personajes de la
Historia. Para el resto, dos de las quejas más comunes cuando “nos llega la
hora”, podrían incluir reflexiones como: “No haber
sido dueños de nuestras propias vidas” y “No haber alcanzado la felicidad”.
En este artículo las
experiencias de Bronnie Ware enfermera a cargo de pacientes terminales y los
consejos de Stephen Covey, quien explica que
para saber lo que quieres hacer en la vida debes imaginar lo que quieres que
diga la gente el día de tu funeral.
“La
muerte futura entonces podría ser nuestro recurso para potenciar nuestra
calidad de vida.”
Esta es la historia
de Bronnie Ware….[1]
Durante muchos años he trabajado en cuidados paliativos. Mis
pacientes eran personas con enfermedad terminal que retornaba a casa a morir. Con ellos tuve la oportunidad
de compartir algunos momentos muy especiales. Los acompañe durante las últimos
tres a doce semanas de sus vidas.
La gente crece mucho cuando se enfrentan a su propia
mortalidad. Yo aprendí a nunca subestimar la capacidad de crecimiento de una
persona. Algunos cambios fueron fenomenales. Cada persona, como es de
esperarse, experimenta una
variedad de emociones, negación, miedo, ira, remordimiento, más negación y finalmente
la aceptación. Doy fe que cada uno
de los pacientes individualmente encontró su paz antes de partir.
Cuando se les preguntaba acerca
de si tenían algún arrepentimientos o algo que hubieran querido hacer de manera
diferente, surgieron temas comunes una y otra vez . Éstos son los cinco temas más
comunes:
Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo , y no
la vida que los demás esperaban de mí.
Este era el pesar más común de todos. Cuando las personas se
dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás en su
pasado, les es fácil ver con claridad cuántos sueños no se han cumplido. La
mayoría de la gente no había llegado a cumplir la mitad de sus sueños y tenía que
morir sabiendo que era debido a las elecciones que habían o no tomado.
Es muy importante tratar de honrar al menos algunos de los
sueños personales en el camino. Desde el momento en que se pierde la salud, ya
es demasiado tarde. La salud restringe la libertad y muy pocos se dan cuenta,
hasta que ya no la tienen.
Ojalá no hubiera trabajado tan duro.
Esto me vino de cada uno de los pacientes de sexo masculino
que cuidé. Perdieron la oportunidad de compartir la juventud de sus hijos y la
compañía de su pareja. Las mujeres también hablaron de este pesar. Pero como la
mayoría eran de una generación mayor, muchas de las pacientes de sexo femenino
no había sido el sostén de la familia. Todos los hombres que me tocó cuidar, se
lamentaron profundamente por haber
malgastado tanto tiempo de su vida en el trabajo.
Al simplificar nuestros estilos de vida y tomar decisiones
conscientes a lo largo del camino, es posible que uno no necesite los ingresos
que uno mismo cree necesitar. Y mediante la creación de más espacio en tu vida,
te vuelves más feliz y más abierto a nuevas oportunidades, uno se adapte mejor a
este nuevo estilo de vida.
Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos.
Muchas personas suprimieron sus
sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se
conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran
realmente capaces de llegar a ser. Muchas enfermedades se les desarrolló en
relación con la amargura y el resentimiento que llevaron.
No podemos controlar las reacciones de los demás. Sin
embargo, cuando se plantea la relación a todo, en un nivel nuevo y más
saludable, que coincide con lo que nos gusta, aunque las personas pueden reaccionar
inicialmente al cambio, entenderán finalmente que se les está hablando
honestamente. Lo contrario es mantener la relación poco saludable. De esta manera uno no gana.
Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos.
A menudo no se dan
realmente cuenta de los beneficios de contactar a los viejos amigos
hasta las semanas en que están próximos a morir y en casos no siempre es posible localizarlos. Muchos de ellos
atrapados en sus propias vidas, dejan que sus amistades de oro se deslicen
alejándose con el paso de los años.
Puedo constatar profundos lamentos por no darse tiempo y esfuerzo para darle a
sus amistades el valor que merecían. Todo el mundo pierde a sus amigos cuando
están muriendo.
Es muy común para cualquier persona con un estilo de vida ocupado,
que las amistades terminen alejándose. Pero cuando uno se enfrenta a su propia
muerte, los detalles físicos de la vida desaparecen. Si es posible, las personas desean tener sus asuntos
financieros en orden, no por el
dinero o el estado de lo que esto significa. Todos quieren dejar las cosas en
el orden que sea de más beneficio para sus seres queridos. Por lo general, sin embargo, llegan a
este punto demasiados enfermos y cansados para hacerse cargo de esta tarea. Al
final, todo se reduce a amor y a las relaciones finales. Eso es todo lo que
queda en las últimas semanas, el amor y las relaciones.
Me hubiese gustado haber sido más feliz.
Esta es un arrepentimiento sorprendentemente común. Muchos
no se dan cuenta hasta que están casi al final de sus vidas que la felicidad es
una elección. Ellos llegan a comprender que estuvieron atrapados en viejos
patrones y hábitos. El llamado "confort" de familiaridad desbordo sus emociones, así como su vida física.
El miedo al cambio los hizo pretender a todos ser como los demás, aún a uno
mismo. Mientras muy adentro,
anhelaban reír correctamente y gozar de todo en su vida.
Cuando uno está en su lecho de
muerte, lo que los demás piensen de uno, está muy lejos de la mente . ¡Qué
maravilloso es ser capaz de dejarse ir y sonreír de nuevo, mucho antes de que
te estás muriendo.
Para Bronnie Ware la vida es
una elección. Es nuestra propia vida. Elijamos conscientemente, elijamos sabiamente, elijamos honestamente .
Elijamos la felicidad.
Los Consejos de Stephen Covey….[2]
Stephen a través de
diez tips nos explica que para saber lo que
quieres hacer en la vida debes imaginar lo que quieres que diga la gente el día
de tu funeral.
Estos
son:
- Orar no es como una rueda de auxilio que sólo usas cuando estás en problemas, más bien es como el volante que te dirige por el camino correcto en el sendero de la vida.
- ¿Sabes por qué el parabrisas del auto es tan grande y el espejo retrovisor tan pequeño? Porque nuestro pasado no es tan importante como nuestro futuro. Mira siempre hacia adelante y sigue en movimiento
- La amistad es como un libro, toma unos pocos segundos en quemarse pero tomó varios años en escribirse.
- Todas las cosas en la vida son temporarias. Si van bien, disfrútalas, porque no son para siempre. Si van mal no te preocupes no pueden durar demasiado tampoco.
- Los viejos amigos son como el oro. Los nuevos amigos como las piedras preciosas. Si tu tienes una piedra preciosa no te olvides del oro, porque para sostenerla siempre necesitas una base de oro.
- A menudo cuando pierdes las esperanzas y piensas éste es el final, Dios sonríe desde arriba y dice: "Relájate, hijo mío, esto es sólo una curva, no el final del camino.
- Cuando Dios resuelve tus problemas tú tienes fe en él. Cuando Dios no resuelve tus problemas él tiene fe en tus habilidades para resolverlas.
- Un ciego le preguntó a San Antonio: ¿Qué puede ser peor que perder la vista?. Él le respondió: Que pierdas tu visión de las cosas.
- Cuando tú oras por otros, Dios te escucha y los bendice, y algunas veces cuando tú estás seguro y feliz, recuerda que alguien ha orado por ti.
- El preocuparse no se lleva lejos los problemas de mañana, se lleva la paz de hoy.
[1] Enfermera australiana
especializada en la atención a personas moribundas, sus experiencias han sido
volcadas en su libro “The Top Five Regrets of Dying” (Los cinco lamentos
principales en la muerte). Aquí la traducción de su artículo mis
arrepentimientos al morir (en ingles regrets of
the dying)
[2] Stephen
Covey es el autor del libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”.
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