La Amazonía es el
espacio más alejado de los focos de cultura convencionales. ¿Cómo funciona el
movimiento de editoriales y autores en estas zonas del país? ¿Qué tan
importante es internet para los movimientos literarios amazónicos?
APUNTES
Entre 2004 y 2008, se realizó en Iquitos la Semana del
Libro. Este año del 6 al 10 de agosto se reanudará dicha actividad cultural.
La gran empresa privada aún no apuesta por mecenazgos
culturales en la selva. Son las pequeñas empresas regionales las que lo hacen
por amistad o solidaridad con sus creadores.
Escribe JOSÉ
VADILLO VILA
Más allá de la pintoresca idea que se tiene de literatura
amazónica –de universos poblados por seres mágicos escondidos en el monte; de
pueblos donde la sensualidad, los chamanes y la cumbia afloran bendecidos por
ráfagas de luces de neón y colores chirriantes emanados de alguna sesión con
espirituosa ayahuasca– está la realidad de la industrial editorial en la
Amazonía peruana.
El ojo tiene que dirigirse a la capital loretana. Dicen que
entre 1985 y 1995, en Iquitos floreció una industria editorial. Que fue la
segunda ciudad a escala nacional en publicar libros, dicen algunos. Una época
dorada para las artes loretanas. Incluso hubo una feria del libro favorecida
por la llegada de autores y artistas diversos. Todos tendemos a la
idealización. Ahora Iquitos cuenta solo con dos librerías: una en el aeropuerto
y otra en la ciudad, amén de las librerías de viejo.
Paco Bardales, periodista cultural iquiteño, resume mejor el
hoy: la actividad editorial amazónica actual es pequeña. “Lo que hubo hace tres
décadas en Iquitos no se ha mantenido por la crisis económica y por la
indiferencia de la promoción oficial del libro. Hoy estos apoyos son
ocasionales o ausentes, lo que ha generado un retroceso en cuanto a la cantidad
de editoriales, pero no a la oferta o al interés de la gente por publicar”,
aclara el periodista.
Para Ricardo Vírhuez, director de editorial Pasacalle, lo
más reciente de una propuesta democrática de la cultura del libro en Loreto se
dio durante el gobierno regional de Robinson Rivadeneyra (2003-2006), cuando se
publicaron 12 libros y se pagó como Dios manda los derechos de autor. “Fue un
antecedente muy bueno y nada más. Ahora, en Iquitos no pasa nada, es ruidosísima
con mototaxis y motocars, pero se ha aislado con un gobierno muy corrupto”,
opina.
EXPERIENCIA DE TIERRA
NUEVA
En realidad, dicen otros como Jaime Vásquez, en los años
ochenta no se editaron tantos títulos como se cree. Vásquez, director de Tierra
Nueva Editores, me dice que en esos años Loreto tuvo dos premios Copé de Oro de
Poesía: Ana Varela y Carlos Reyes. Ellos no tenían los medios para publicar,
así que esta realidad fue uno de los motores que lo llevó a fundar su sello.
Tierra Nueva Editores –coinciden los entrevistados– es un
referente de lo que debe hacer no solo un sello amazónico, sino un sello
independiente peruano que se respete.
Tierra Nueva tiene menos de una década de creación. En este tiempo, el
sello iquiteño ha publicado alrededor de 50 títulos “gracias a las alianzas
estratégicas”. Entre ellos, a autores como el periodista limeño César
Hildebrandt o el poeta piurano Marco Matos. Saltó al panorama internacional al
publicar dos libros del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Está por editar
trabajos de un argentino y un español sobre el controvertido empresario cauchero
esclavista Julio César Arana y el autoproclamado “rey de los jíbaros”, el
ibérico Alfonso Graña. Así, hincha el pecho Vásquez, traerán a la Feria Internacional
del Libro de Lima nada menos que seis títulos nuevos.
El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana
(IIAP) ha publicado numerosos libros de científicos. También el Centro de
Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA), comandado por el reverendo Joaquín
García-Sánchez, tiene una huella importante en la edición de libros y la
revisión de algunos clásicos de la literatura amazónica. Su serie Monumenta
Amazónica ha publicado alrededor de 40 volúmenes. La segunda labor importante
del CETA es la administración de la Biblioteca Amazónica de Iquitos,
considerada la segunda en el mundo especializada en lo amazónico, luego de la
Biblioteca de Manaos, en Brasil. Lamentablemente, como dice Paco Bardales, por
falta de financiamiento se ha dado “un retroceso” en la Biblioteca.
No se deben de olvidar, pide Vírhuez, a aquellos pequeños
sellos editoriales que subsisten en Iquitos, como la editorial Wong, que vende
masivamente productos para los colegios, y la revista Iquitos, un proyecto del
periodista Manuel Marticorena, está iniciando su propio sello editorial. “El
circuito de colegios es muy importante para todos”, subraya Jaime Vásquez, a
cuyo sello le va bien en un proyecto de incentivo de la lectura en los centros
educativos.
SAN MARTÍN ES LA
ÚNICA REGIÓN AMAZÓNICA CON UNA PARTIDA PRESUPUESTAL PARA LO CULTURAL. EL
PROYECTO RESCATE Y AFIRMACIÓN DE LAS EXPRESIONES CULTURALES SANMARTINIANAS HA
PERMITIDO EDITAR LA REVISTA NINACURO Y LANZAR ALREDEDOR DE 15 TÍTULOS DE
AUTORES DE LA REGIÓN, COMO LOS JENARO HERRERA TORRES Y HUMBERTO DEL ÁGUILA.
SAN MARTÍN, EL
EJEMPLO
Se reconoce que a nivel de los gobiernos locales y
regionales se hace muy poco por la cultura del libro. Loreto, por ejemplo,
ocupa el último lugar a escala nacional en comprensión de lectura. Opina Jaime
Vásquez que el gobierno regional loretano trabaja para revertir estas
estadísticas y hacer del libro un aliado y un amigo.
Lo que todos reconocen es el trabajo del gobierno regional
de San Martín. Es la única región amazónica con una partida presupuestal para
lo cultural. El proyecto Rescate y Afirmación de las Expresiones Culturales de
San Martín ha permitido editar la revista Ninacuro y lanzar alrededor de 15
títulos, revalorando a escritores de la región como los olvidados Jenaro Herrera
Torres y Humberto del Águila. “Son
pocos los casos en el país con un presupuesto específico para te-mas
culturales. En eso sobresale la experiencia de San Martín”, dice Paco Bardales.
OTRAS ZONAS
De acuerdo con Manuel Cornejo, investigador del Centro Amazónico
de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), recién en los últimos años los
estudios están mirando al universo amazónico. Antes, todo giraba alrededor del
mundo andino. En los años setenta empezó este fenómeno con jóvenes investigadores
como el antropólogo Óscar Espinoza o los arqueólogos Santiago Rivas y Ricardo
Chirinos, amén de los lingüistas, que siguen publican-do libros importantes
sobre la selva.
El CAAP acaba de publicar el Libro Azul de Roger Casement.
Cornejo explica que en algunas universidades se ofrecen maestrías y diplomados
sobre interculturalidad y estudios amazónicos, lo que se concatena con
proyectos edito-riales. Jaime Vásquez también ha visto que las universidades en
Iquitos (como la Particular, la UCP y la Nacional de la Amazonía) están
finalmente tomando en cuenta el papel que les tocaba como difusores de la
cultura y los libros.
Ricardo Vírhuez explica que un problema en las ciudades amazónicas
es que carecen de buenas imprentas y las editoriales deben aumentar sus gastos
mandando a imprimir en Lima o Chiclayo. Las pequeñas editoras repiten en toda
la selva un esquema: si tienen cercanía política a los gobiernos locales,
venderán a ellos sus pequeños tirajes de sus libros, aunque no se difundan más
allá.
MOVIMIENTOS, INTERNET
Vírhuez, quien pasó siete años metido en el mercado
editorial de la Selva, resalta en Pucallpa (Ucayali) la labor del escritor
Walter Pérez Meza al frente del grupo literario Maldita Boa, con varios libros
publicados. También existen los grupos Isula Erótica (integrado solo por
mujeres), Puka bufeo, Aish’ta y el Movimiento Amazónico Cultural y Literario
Kolpa, que edita la revista académica Kolpa, difundida internacionalmente.
Paco Bardales, por su parte, da otro plus a Pucallpa: dice
que lleva la delantera a otras capitales amazónicas en infraestructura. Cuenta
con una gran biblioteca municipal, además del edificio para lo intercultural de
la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía.
Pero en movimientos literarios Iquitos no se queda atrás.
Está el grupo poético Javier Heraud con 27 años de promoción cultural. Mientras
que en la capital de San Martín, Tarapoto, hay escritores que han alcanzado el
éxito regional. También figuran los grupos Resistencia y Lamas, con actividad
de cafés literarios en diversas ciudades de dicha región, involucrando a los
jóvenes en las letras.
Manuel Cornejo, de la CAAAP, recuerda que hay una activa
presencia de estos y otros jóvenes grupos literarios amazónicos en la red de
redes, alimentando blogs dedicados a la literatura amazónica. “Desde Lima, bajo
nuestra mirada centra-lista y virreinal, lo que circula en espacios regionales
no forma parte del canon literario”, comenta.
Para Paco Bardales es un fenómeno simpático. “En Iquitos,
los escritores con menos de 27 años han empezado a escribir historias, relatos
y hasta novelas por entregas en internet. Hay mucho material con rigor y
talento. Ello como una manera de contrarrestar la falta de espacios, des-de la
prensa o las editoriales”.Se sabe muy poco de Puerto Maldonado, en Madre de
Dios, donde fue acribillado el poeta Javier Heraud. Se sabe que hay un grupo de
escritores, tal vez 12, que trabajan esporádicamente, por ejemplo. Seguiremos
informando.
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